MI PRIMERA VISITA A CU
MI PRIMERA VISITA A CU
Hoy es domingo 20 de julio de 2025.
Algunas de las mejores experiencias de la vida nacen de la improvisación. Hace aproximadamente dos semanas, estaba con mi papá comprando unas hamburguesas por la noche. Mientras esperábamos nuestro pedido, platicábamos de varias cosas, hasta que salió el tema del cumpleaños de un familiar muy querido que vive en la Ciudad de México. Su cumpleaños había sido a inicios de julio, pero por temas de salud en la familia, se decidió posponer la celebración para el domingo 20 de julio.
Comentamos que sería buena idea tomarnos el tiempo de ir a CDMX a festejar con ellos. Y justo recordé que ese mismo día, el Club Pachuca —nuestro equipo— jugaría allá contra los Pumas.
Claro que era un gran plan: ir a la capital no solo por la fiesta familiar, sino también para aprovechar la mañana y asistir al partido. Sería la primera vez que íbamos en familia a ver al Pachuca fuera de Hidalgo, y también la primera vez que conoceríamos el Estadio Olímpico Universitario.
Así que hoy, 20 de julio de 2025, estamos aquí.
No teníamos muy claro dónde quedaba nuestra entrada. Desde afuera, el estadio luce impresionante, enorme y muy bonito. Comenzamos dando casi toda la vuelta, buscando por dónde entrar. No queríamos preguntar porque, siendo afición visitante, sabíamos que aquí no son precisamente los más hospitalarios.
Después de una larga caminata alrededor del gigante CU, por fin encontramos nuestra zona. Casi no hay gente formada, así que entramos rápido. Curiosamente, justo en ese pasillo estaba estacionado el camión de Pachuca, lo que facilitó el camino.
Es emocionante entrar por primera vez a otro estadio. El de los Pumas es muy bonito, aunque desde la zona visitante la vista es mala. Se compensa un poco con la pantalla gigante, pero vamos... uno no va al estadio a ver el partido en una pantalla. Otro punto negativo: no hay bancas, solo una plancha de concreto. Incómodo, pero fuera de eso, no tengo quejas.
Para mi sorpresa, hay bastantes aficionados de Pachuca. No sé si viajaron desde Hidalgo, como nosotros, o si viven en CDMX y vinieron al partido. No tengo claro qué tan común es ver gente tuza en la capital, pero nos sentimos cómodos, arropados por nuestros colores. Unos cantan sin parar, otros solo observan en silencio. Es un reflejo del Estadio Hidalgo: diverso, pero unido.
Apenas iban 5 minutos y Pumas ya había marcado su primer gol. Sinceramente, esperaba escuchar más fuerte a la Rebel, pero no retumbaban tanto como imaginé. Quizá por la distancia o por la zona donde estábamos.
Al minuto 18, un error del portero juvenil de Pumas le permitió a Pachuca empatar. Fue nuestro primer gol en un estadio visitante. Una sensación rara, festejar rodeados de policías.
Minuto 38, Pumas vuelve a ponerse arriba. Pero la gente de Pachuca no se apaga. A pesar de ser menos y de ir perdiendo, se hacen notar.
Minuto 61, otro error del portero rival. Sale mal en un centro, se pasa del balón y Cadiz cabecea a portería vacía. Empate otra vez. Me llama la atención que cada vez que se escucha a la afición de Pachuca, las pantallas gigantes promueven cantar el “¡Goya!”. Esperaba más presión por parte de la afición local.
Minuto 69, los Tuzos se van al frente por primera vez en el partido. Golazo de Togni, nuestro refuerzo. Aprovecha un rebote tras un tiro de esquina, dispara desde fuera del área y la clava al ángulo.
No lo voy a negar: se siente cierta hostilidad. Hay muchos policías rodeando la zona visitante. Están atentos, como esperando un motivo para actuar.
Quedan menos de 10 minutos. La afición tuza canta el “Te juro que te amo” por primera vez como visitantes. Y sí, se canta con más fuerza.
El partido termina. Ganó el Pachuca. La verdad, no venía con grandes expectativas. Veía esto como una experiencia curiosa, algo que no pasa todos los días. Históricamente, a Pachuca se le complica este estadio. Muy pocas veces se saca un buen resultado de aquí... pero esta fue una de esas raras ocasiones.
La salida es peculiar. Hay vallas humanas de policías en ambos lados. Marcan el camino, prohíben ir al baño y empujan, casi a la fuerza, a los que intentan desviarse. Nosotros ni lo intentamos.
Fue una gran experiencia. El partido fue bueno, Pachuca ganó, el estadio es impresionante y todo valió la pena.
Ahora me quedé con ganas de conocer otros estadios. Dicen que el de Puebla es muy hostil con los visitantes, pero está cerca de Hidalgo. El Azteca está en reconstrucción. Tal vez el Estadio Azul... o como se llame ahora.
Quién sabe cuál será el siguiente.