CAMBIOS REPENTINOS EN LA VIDA
CAMBIOS REPENTINOS EN LA VIDA
Hace poco, mi vida o mejor dicho mis planes cambiaron de una forma extraña, increíble y completamente inesperada.
Este 2025 ha sido un año históricamente bueno para mí en el ámbito laboral y, por ende, económico. Finalmente, el despacho empezó a rendir frutos y los ingresos han ido mejorando cada vez más para mi socio y para mí. He podido aportar pequeños lujos a la familia que antes no nos permitíamos. Llegó un momento en el que logramos cobrar una sentencia favorable en materia laboral —nuestro campo de especialización— que nos dejó una gran ganancia económica. Además, cerramos un acuerdo comercial con una empresa muy grande, a nivel nacional e internacional, una transnacional con sedes en México y una de ellas en Hidalgo. Esta enorme empresa nos eligió como sus abogados, obviamente en función de nuestros resultados.
Todo esto ha contribuido a una estabilidad financiera sin precedentes para el despacho, y nos hemos dedicado este año a administrar la abundancia. Incluso logramos abrir una oficina mucho más grande de lo que estábamos acostumbrados; ahora estamos en una casa de dos pisos con varios espacios amplios: recepción, sala de juntas, archivo, área para pasantes, oficina penal y una gran oficina para nosotros como fundadores.
El broche de oro fue que tuve suficiente dinero para comprar cinco vuelos redondos a Veracruz y reservar un Airbnb bastante amplio para todos, con la idea de disfrutar unas grandes vacaciones familiares a fin de año.
Y justo ahí todo cambió.
Mi familia es creyente de varias cosas sobrenaturales que no necesariamente están ligadas a nuestra religión, pero que para ellos tienen sentido en su búsqueda de seguridad o control sobre lo desconocido. Confían en una persona que, según dicen, es vidente o médium; nunca he entendido bien qué hace, pero depositan en ella su confianza.
Yo no creo en esas cosas. Entiendo mi fe desde otro lugar, donde esos rituales me resultan extraños e incómodos, pero respeto la fe de mi familia y participo por cariño, aunque no crea que sirva de nada.
Sin embargo, a finales de octubre, me dijeron que esta médium les recomendó que no debíamos viajar. No me quisieron decir el motivo, pero aseguraron que era mejor no hacerlo. No solo se perdieron los planes y el dinero invertido, también tuve que cancelar mi viaje a la FIL Guadalajara, el evento de libros más importante de México, y el sueño de estar ahí se desvaneció por una superstición.
Respeto las creencias de mi familia, y dado que mi papá me pidió de favor que no hiciera el viaje, no lo haré. Pero es muy frustrante que miedos o creencias irracionales nos priven de grandes oportunidades. Ir a la FIL era una enorme oportunidad de negocios: nuestro despacho iba a buscar clientes a nivel nacional. Y las vacaciones en Veracruz eran un sueño personal, además de la ilusión de tomar un avión en familia.
Ni una cosa ni la otra. Y eso, francamente, duele.
Tendré que esperar al próximo año para ver si se me presenta otra oportunidad de ir a la FIL Guadalajara, aunque ya van dos años seguidos en los que cancelo por razones absurdas. No culparía a mi trabajo si deciden no darme otra oportunidad. Y ojalá el próximo año podamos, por fin, disfrutar unas vacaciones familiares sin que supersticiones se interpongan.
Esta vez, el miedo a lo desconocido —basado en las creencias de alguien externo a la familia— ganó. Pero, si lo veo por el lado positivo, logré un reembolso total del Airbnb que había reservado. Así que, en cierto modo, fue dinero extra no planeado que utilicé para comprar un iPhone y un iPad. De hecho, estoy escribiendo este blog desde ese iPad, y siento que me ayudará a tener este espacio más actualizado y ser más productivo en lo laboral. Así que supongo que, al final, todo tiene su lado bueno, ¿no?
Ya veremos qué pasa.